Alvaro Ledesma nace en San Sebastián en 1975.
Vive en Rentería aprendiendo el oficio de herrero en el taller de su padre, hasta que se traslada a Burgos para cursar estudios de Ingeniería de Obras Públicas, período en el que sus primeras inquietudes giran en torno a la literatura.
A su regreso (2000), se reincorpora en la herrería y desarrolla su destacada faceta como escultor. Realiza numerosas exposiciones y recibe sus primeros encargos, siendo la escultura, madre de todas las disciplinas que abordará posteriormente.
En 2007, comienza a pintar. Ya entonces huye del color y llega a los “Espectros”, serie de 100 dibujos en la que el trazo esquemático de formas jeroglíficas deja ver la complejidad de su mundo interior.
A su vez, graba sus primeros vídeos, a los que desea incorporar música propia. Aprende a tocar piano y violín, componiendo e improvisando piezas que le mantendrán inmerso en su etapa musical. Realiza conciertos como solista y performance de video arte en directo. Acompaña como músico en el escenario en obras de teatro y recitales de poesía. Compone e interpreta bandas sonoras para películas, laboratorios sonoros o video creaciones de otros artistas. Y elabora, también, escenografías para compañías teatrales, danza y espectáculos.
Mantiene una relación muy estrecha con los instrumentos, explorando como si de una acción artística se tratase la maquinaria del piano o la propia afinación de sus cuerdas. Se interesa por la luthería. Modifica el aspecto y la sonoridad de violines.
Sigue esculpiendo.
Entre 2009 y 2010 crea los “Imanes”. Obra cumbre del artista plástico y síntesis de todo su trabajo anterior, son un conjunto de esculturas que estudian el magnetismo, el equilibrio y la dualidad.
En 2012 se reinventa y comienza a fotografiar. Enumera cada imagen con una fecha ficticia que avanza hacia el futuro. Todas en formato panorámico, las considera fotogramas de un largometraje cinematográfico. Se autorretrata como ejercicio de autoanálisis introducido en el mundo creado (“Estudio sobre el Alma”) y retrata después a personas incluyéndolas también como personajes de la trama (“Retrazos”).
Paralelamente escribe “Moscas en la Cocina”. Aforismos, pensamientos, poemas, frases aparentemente inconexas de gran virtualidad y sutileza, diálogo interno del artista donde asoman las respuestas.
Tras ya más de 2000 obras como fotógrafo, trabaja en los denominados “Storyboards”, composiciones de 12 fotogramas en matrices 3x4 acompañadas de una “mosca”.
A finales de 2015, y hasta la actualidad, se reconcilia con la escultura e inicia la serie "Marionnettes". De carácter y estética teatral, completamente diferentes a sus obras anteriores, construye personajes con objetos y les viste con trapos. Son marionetas, condenadas a un sólo gesto expresivo y sin posibilidad de moverse.